Por Grizel Hernández Baguer. Musicóloga
En estos días en que celebramos el centenario de la insigne musicóloga María Teresa Linares, me viene a la mente toda su labor en los más diversos campos de la investigación y su interés desde muy joven por descifrar las diferentes aristas de la cultura musical de nuestro país, sus antecedentes y consecuentes. De esta manera Teté estuvo al tanto del devenir de nuestra música en sus más variadas manifestaciones, comprendiendo no solo las pasadas sino también las más modernas, sus vínculos y sus maneras de hacer, ya sea desde los mismos códigos musicales hasta aquella mirada relacionada con una perspectiva sociológica de la música, es decir, del hombre y la música del cual fue una defensora en los diversos escenarios académicos.
En homenaje a Teté, recuperamos en su centenario la entrevista realizada por el promotor del movimiento de hip hop cubano Ariel Fernández, quien en la publicación periódica Dédalo,[1] de la Asociación Hermanos Saíz – institución que le otorgara a Teté el reconocimiento de Maestra de Juventudes-se publicara a raíz del tema y que fuera reproducida parcialmente en la Revista Movimiento[2] de la Agencia Cubana de Rap del mismo año, bajo el título ¿Qué es el rap para María Teresa Linares?
Indudablemente para el movimiento de rap cubano, Teté fue un punto de referencia, respetada por sus criterios, reconocieron los raperos en ella a la investigadora sencilla con la que podían contar, pues los valoraba y defendía ante aquellos que no comprendían esta manifestación musical, de la misma forma apreciaban su crítica y señalamientos siempre sinceros ganándose de esta forma el respeto y el cariño de los raperos cubanos. Es por ello que revisitar esta significativa entrevista apenas divulgada, puede servir para homenajear a María Teresa Linares Savio y con ella reafirmar que siempre fue, es y será una mujer de su tiempo.
La inserción en la pasada década del movimiento de hip hop cubano dentro de la escena cultural y social del país no fue un hecho desapercibido para quienes cohabitamos en ella. Los duros años de periodo especial vividos en la Isla parecían augurar un futuro incierto para el naciente movimiento. Durante todo este tiempo, incontables han sido las polémicas y contracciones entre defensores y detractores para definir nuestra relación con un género (o estilo) proveniente de la cultura afronorteamericana asumido en nuestro país como de crónica social y de nueva canción protesta.
Si existe una voz autorizada para despejar incógnitas sobre esta temática es, indudablemente, María Teresa Linares.
Testigo de sus repetidas advertencias y señalamientos en coloquios y encuentros teóricos, en los que ha abordado el fenómeno del rap cubano como un hecho trascendente en nuestra cultura contemporánea, voy a su encuentro en busca de respuestas a las tantas interrogantes que circundan el tema.
AF: El hip hop, al igual que el jazz y el rock, es un género musical proveniente de los Estados Unidos. Por lo tanto su adaptación y penetración dentro de nuestra cultura se ha visto afectada por incomprensiones y prejuicios por parte de musicólogos, promotores y teóricos. ¿Por qué cree que se repite este hecho cada vez que no llega un ritmo foráneo?
MTL: Este es un fenómeno histórico que no solamente ha sucedido con estos géneros, sino también con muchos otros como ejemplo el danzón. Cuando este apareció los cultivadores de la contradanza y la danza comenzaron a conceptualizarlo como un baile muy agitado. Para mí estas contradicciones que se han reflejado en toda la historia de la música no son más que un choque generacional. Los que ya están acostumbrados a la tradición cuando ven algo novedoso les chocas fuertemente. El rap, que ciertamente tiene un origen en la música afronorteamericana, yo veo que existen valores que se adhieren y compenetran con la cultura cubana con mucha más química que otros géneros como el jazz y el rock. Es muy cierto que el primero está presente en muchos de los géneros cubanos, incluso, en el momento de desarrollo del bolero, hubo quienes los compusieron medio jazzeados cono Nilo Menéndez quien utilizó la métrica de las canciones afronorteamericanas para el bolero Aquellos ojos verdes.
Aquí no hubo otra cosa que un rompimiento de la estructura del bolero tradicional que estaba hecho a base de un cinquillo, por la estructura del acompañamiento del jazz. Los cultivadores del son también innovaron y esto trajo polémicas, comenzaron a incorporar el bolero y es cuando nace el bolero-son. Y el son que sí nace en Cuba y que tiene una serie de rasgos nacionales que venían conformándose por la transculturación sufrida desde el siglo XVIII también tuvo opositores.
Entonces lo que nunca nosotros hacemos realmente es evaluar cuáles son los valores permanentes y cuales los mutables en todo proceso. No queda más remedio que afirmar que, en algunos aspectos, ello está relacionado con un proceso técnico cognoscitivo que ocurre en la mentalidad de personas que no conocen de música, pero que tiene la capacidad para realizarla.
La música fluye espontáneamente y en el rap cubano hay muchos valores que se pueden aprovechar mucho más. Yo he escuchado todas las grabaciones que me brindaron y puedo decirte que hay cosas muy sorprendentes. No podría criticar ni expresar exactamente qué sucede ahí, a mi edad continúo aprendiendo. Ellos me enseñan con el trabajo que están realizando. Existe una creatividad increíble. Sin embargo, hay muchos otros que son repetitivos y hacen versiones de temas ya conocidos. Los valores que yo apoyo son los novedosos, los que insisten en la jactancia, el machismo, la proyección de lo que se está diciendo parece muchas veces agresivo; pero esto no es más que un hecho repetitivo de nuestra historia musical que se hereda de otros géneros como el canto de puyas de los congos que se cantaba entre las brigadas de los trabajadores, en las construcciones de las vías del ferrocarril. Se reitera en las rumbas, en los grupos de guaguancó. Uno está viendo hoy en el hip hop esa jactancia “de que somos esto”, “somos los nuevos”, “somos los mejores”,” somos los que estamos diciendo”, y eso es propio de la cultura cubana y se ha repetido en todos los procesos que anteriormente y te he explicado.
La cultura cubana está conformada por dos troncos fundamentales, el africano y el hispánico. La lengua que hoy utilizamos es la mezcla de la lengua que sirvió de comunicación entre esclavo y amo. La lengua española que se habla en Cuba se utiliza de una forma muy propia, tiene ritmos oratorios, tiene desplazamientos de las vocales, tiene un tiempo que nos difiere del resto de Latinoamérica y eso se plasma muy bien en las canciones.
AF: ¿Más allá de su explicación no cree que todas estas incomprensiones y perjuicios sufridos se acentuaron más porque éstos géneros provenían de los Estados Unidos y por tanto debíamos protegernos de lo que negativamente pudiera dañar nuestra esencia cultural y política?
MTL: Es muy posible, pero yo considero que fueron actitudes extremistas porque muchos de los intelectuales que hoy son personalidades de nuestra cultura participaron de esos movimientos (jazz y rock) y lo sintieron muy profundamente y no creo que ninguno se haya desviado de sus ideales políticos y culturales. El diversionismo ideológico puede ser dañino; pero más dañino es su panfleto, el músico que renunciara a su verdadera proyección para asumir un lenguaje no político sino politiquero; que utiliza una serie de cosas en una canción para quedar bien, opiniones que realmente no comparte. Eso es de una pésima calidad ética y ha sucedido en muchos géneros y puede estar sucediendo hoy en algunos raperos y rockeros. Por otro lado pienso también, que lo más positivo de todo es que estos géneros han brotado en nuestro país sin el mercantilismo y sin la comercialización. Se ha salvado la música como cultura y no como mercancía.
Yo entiendo, porque en todos los tiempos se ha ido en contra de que las influencias foráneas perjudiquen nuestra cultura ya que ha habido momentos en que esas influencias han perjudicado en vez de ayudar. Reitero que el mayor obstáculo que han encontrado es el choque generacional.
AF: El hip hop es una de las culturas más influyentes a nivel internacional. En casi todos los países existen movimientos y en muchos premios, como el Grammy, tienen sus categorías. Sin embargo, en Cuba contamos con más de 600 grupos y con 10 años ya en su haber y aun se polemiza en categorizarlo como género o estilo. ¿Cuál es su opinión al respecto?
MTL: Para mí es un estilo, para que sea un género tiene que reafirmarse, y eso no es solo un proceso cultural, sino social. Una música se arraiga definitivamente cuando ya establece una tradición en los grupos jóvenes de una misma generación o en grupos de un sector social. Esos valores se arraigan cuando pasan por lo menos dos generaciones que la interiorizan perfectamente. Si analizas bien, por mucho poder de convocatoria que tenga el hip hop, el público que arrasa es solamente un sector. No todos los jóvenes consumen rap. Muchos otros prefieren el rock, la trova, la discoteca, la salsa. Este estilo tiene posibilidades muy amplias de desarrollo, posibilidades de arraigo, posibilidades de establecer modelos y códigos tengan una respuesta generacional amplia será entonces, un género consolidado. El hip hop tiene valores para establecerse como una nueva expresión de la música popular cubana en este milenio. Se dice que ningún género tiene una permanencia mayor a los cuarenta años, pero considero que este, que lleva diez, va por un buen camino. Siempre habrá hojarasca que se pierda y valores que permanecerán, estos, al final, definirán el género.
AF: ¿Qué opina de los textos que ha escuchado, tan diversos, algunas veces polémicos y contradictorios?
MTL: La honestidad es la clave de la virtud. Se está diciendo lo que se piensa y se hace directa y hermosamente. El idioma hay que saber utilizarlo, darlo con poesía y métrica y muchos lo hacen de una manera increíble teniendo en consideración que son jóvenes y empíricos. Otros se codean con la vulgaridad y la agresividad. Es cierto que el rap no es una música hecha para hablar en lenguaje erudito. El rap requiere del ritmo de la palabra y del español que se habla en Cuba. Cantando rap es totalmente aceptado “ el de ti pa’ mí, de mí pa’ ti”. Eso tiene un ritmo que no es el mismo que “de ti para mí” que conlleva a un lirismo. Si algo debemos criticar o censurar a los raperos cubanos es que alteren el ritmo oratorio del español para hablar en el del inglés. En eso yo estoy totalmente de acuerdo con el sabio lingüista Sergio Bernal cuando plantea que prefiere que en Cuba se diga asere a que se diga brother. Asere, es parte de nuestra cultura, de nuestro idioma. Yo he escuchado ese término en una forma tan diáfana, tan franca, tan coloquial entre dos hombres, que no he visto nada ofensivo ni vulgar en ello. Lo único que no se debe decir asere a una mujer porque es un término exclusivo de hombres. El uso de los términos populares radica en la exacta utilización. Yo he defendido siempre las formas del habla popular que tiene determinados énfasis, ritmos, y entonaciones que recogen toda nuestra historia. Defiendo que se diga lo que se piensa, pero a veces hay que pensar más lo que se va a decir un tema o término vulgar y agresivo se convierte en un acto de agresión contra la persona que lo está escuchando. Hay que tener mucho cuidado en todo esto.
AF: Personalmente me uno a los que comparan el movimiento de hip hop cubano con el movimiento de la Nueva Trova aunque no me gustan las comparaciones. Este análisis se basa en que con el Triunfo Revolucionario del 59 y en la primera década de un proceso de cambios en el país en todos los sectores, una generación de jóvenes comenzó a hacer una canción diferente, alejándose de viejas estructuras textuales y musicales, así como de estereotipos estéticos predeterminados. Eran canciones que querían hacer revolución, que criticaban duramente desde la poesía. Sin embargo fueron incomprendidos. El hip hop cubano hizo lo mismo, pero en la década del 90, en una situación similar. ¿Es para usted acertada esa comparación?
MTL: Completamente, te reitero, es el choque generacional. Es decir y pensar distinto que mamá y papá, o de los que nos dirigen; pero debe existir una coexistencia pacífica intergeneracional para poder avanzar juntos, porque al final son los mismos intereses aunque desde distintos cánones.
AF: ¿Existen antecedentes reconocidos del rap en Cuba?
MTL: Creo que sí. Por ejemplo, en sones antiguos como A la loma de Belén que tiene un estribillo que nadie entiende lo que dice, pero es tan pegajoso, tan perfecto para bailar, die algo como: “chenchere colombiana eh… chenchere colombiana eh…” Eso es una antecedente. Harry Lewis poseía un trabajo que se acercaba bastante, él era descendiente de jamaicanos y tengo entendido que los primeros exponentes de esta cultura provinieron de Jamaica.
También puede haber otro antecedente en la poesía y la declamación de Luis Carbonell, de profunda incidencia caribeña. Siempre han existido tendencias musicales y procesos socioculturales que ocurren con similitud en diferentes épocas y generaciones. Recientemente podemos citar el caso de Manolín, el Médico de la Salsa, con el estribillo “… tú que decías que no, que no podía que no, a que me mantengo va, a que me mantengo…” eso es un rap y muy cubano si se escucha bien la expresión oratoria. Como este existen muchos ejemplos dentro de la música popular y hoy estamos viendo a muchos grupos salseros y de otros géneros incorporando el rap a sus propuestas. Te cito otro ejemplo, un enkame abakuá y un yoruba. Ahí se presencian dos lenguas diferentes, una es Efik en la que los hombres están relatando una serie de historias de las leyendas abakuá. Sin conocer esa lengua puedes comprenderla por el desplazamiento armónico, los acentos de la palabra. Tú grabas desde lo lejos una conversación de personas discutiendo un juego de pelota y las alturas, las reiteraciones, todos esos niveles de la voz son características que se escuchan en las conversaciones de los abakuá, en las que muchos no saben que están diciendo sino repitiendo memorísticamente los fonemas de su lengua. En el caso del moyúa existen individuos que no recuerdan la lengua yoruba original, pero existen otros santeros mayores que si las saben y hablan implicatoriamente a los santos no de una forma humilde y sumisa, sino de tú a tú con él, demostrando una convicción total en la forma de hablar. Analizando estas dos lenguas desde el aspecto fonético te percatas de que en Cuba negros y blancos hablan igual y todas estas historias inciden en los procesos que se inician en el país.
AF: La cultura y la música poseen caracteres universales más allá de la diferencia de idiomas e idiosincrasia. Pero sin ser absolutos ni radicales podemos decir que determinados géneros y manifestaciones se identifican más con un sector de la sociedad. Por ejemplo, en el rap y la salsa, el gran porciento de los artistas y del público es negro o mestizo, en cambio, en el rock y la música de concierto, apuntan hacia la raza blanca ¿Cómo valora usted ese fenómeno?
MTL: Yo conozco de esta situación, pero sinceramente no le sabría explicar. Mi acercamiento a la música es estrictamente musicológico y cultural. Ese análisis requiere de estudios más profundos de carácter social e incluso demográfico. Yo participo y disfruto de toda la cultura de la misma manera. Así disfruto hoy del rap cubano, aunque mucha gente no pueda entender que una persona de mi status intelectual y con 81 años le guste esta música. Nunca he discriminado ningún género aunque te puedo confesar que existen manifestaciones populares y universales que se hacen muy bien en Cuba y que simplemente no me gustan. No me gusta ni la ópera ni el ballet, pero siento un infinito respeto por ellas. Mira tú que cosa, yo siendo blanca de piel, disfruto mucho más las expresiones culturales de raíces afrocubanas, tal vez de ahí me venga el gusto por el hi hop. El otro día disfruté de un yambú interpretado por el Conjunto Folklórico Nacional, que era una verdadera obra de arte. En este momento no me siento negra ni blanca, sino que percibo como ser humano un hecho artístico estupendo .Eso es lo que hay que analizar.
Parece que el hecho de que el denominador africano sea la esencia en las culturas populares afrocubanas y afronorteamericanos indica la tendencia hacia la raza negra consumidora mayoritariamente de sus derivados. Mirando la Antología de la Música Cubana, se ve que había negros y blancos formando parte de esta historia. Es cierto que porcientos diferentes, pero ambos estaban. Aquí se ha querido decir que la música campesina es blanca porque viene de España
¡Mentira! Hubo muchos negros, y los hay, haciendo el punto cubano muy guajiro y muy bien. Ya en el siglo XIX los caleceros negros de La Habana que pertenecían a familias adineradas llevaban siempre un tiple en el cajón de herramientas del quitrín.
Cuando estas familias se iban de visita al campo, los caleceros comenzaban a tocar el llanto, que es como se le decía al punto cubano cuando se tocaba en el capó del quitrín. Esos negros también bailaban zapateo. En nuestra cultura todo está mezclado y la música cubana está dividida en muchos sectores. No apoyo ni estoy de acuerdo con la polémica de cuál es el baile nacional, si el zapateo o el danzón. Repito, todo está muy mezclado y diverso y es difícil de encontrar algo que sea de respaldo totalmente popular.
AF: En la historia de la música cubana han existido muchos músicos empíricos; sobresale el caso del gran Benny Moré. Nuestro movimiento de hip hop está compuesto en su mayoría por poetas con un nivel de creación increíble, pero llenos de empirismo. Sin embargo los textos poseen un alto contenido poético y literario en muchos casos. Los productores musicales del género también hacen música sin conocimientos académicos a través de los samplers, teclados y computadoras. ¿Hasta qué punto es válido el empirismo para usted?
MTL: Es válido hasta que el mismo empirismo es una puerta que se cierra. En este momento el auge tremendo que existe en la música cubana se debe a la gran labor que ha hecho la Revolución en escuelas de arte y música. Muchos de esos muchachos antes estaban obligados a tocar música clásica nada más y hoy emplean esa técnica dentro de la música popular cubana. De ahí viene el desarrollo que hoy poseemos en los más diversos géneros. El empirismo es un límite, el empírico crea porque tiene una sensibilidad para crear, porque nació con ese don. Pero ese don unido al estudio académico y a la técnica es lo que va a consolidar como verdadero artista. La técnica es una herramienta importantísima. Benny era único, pero tenía limitantes y se apoyó muchísimo en Generoso y en Cabrera que sabían mucha música. Ahí recaía el resultado final que tanto gustaba: el don ligado al conocimiento.
En cuanto a las músicas por computadora y equipos tecnológicos hay que tener mucho cuidado en no hacer música mecánica. Hay que unir la intención creativa al conocimiento académico para poder aprovecharse de la tecnología actual. Por muy interesante e innovadora que esta música suene, nunca va a suplantar un instrumento real.
AF: Dentro de nuestro movimiento existen dos tendencias; los puristas y ortodoxos fieles a la raíz de origen de este género y comprometidos muchos más con el movimiento sociocultural, y en la otra cara de la moneda están los que utilizan la cara de la moneda están los que utilizan la música como mercancía, los que a través de las fusiones y las mezclas piensan más en lo comercial para crecerse económicamente. ¿Cree que es algo natural?
MTL: Por supuesto, y dos tendencias no, sino que a veces existen varias tendencias. Voto por lo purista aunque se vea un criterio un poco cerrado. Yo apoyo la tradición. La fusión tiene un peligro que es la hibridación que no es esto ni lo otro, lo que se ha repetido en todos los estilos modernos. Hay canciones de la nueva trova que son joyas eternas, otras pasaron sin decir nada porque quisieron inventarle demasiado.
Ya he escrito sobre la música como mercancía, como parte de un proceso mercantilista. Esta hibridación intencional termina creando nuevos estilos que al final no perduran, se pierden. Las raíces son las que entonces quedan para la eternidad. Mira el caso de los Beatles, ellos tenían un sello, conceptos musicales bien definidos, por eso fueron una revolución en su tiempo. Después de ellos surgieron muchos grupos imitándolos. ¿Quiénes sobrevivieron?, nadie. Los Beatles son hoy un clásico, es música clásica. Hay que respetar la base de todo para poder innovar algo.
AF: En el hip hop el termómetro de un emcee se mide en el freestyle, es decir, en la improvisación. ¿Conoce la posibilidad del rapero para improvisar con la misma rima y creatividad de un decimista?
MTL: Conozco, pero esto no solo sucede con el rap, sucede también con el rumbero que canta guaguancó. El verbo decimar lo inventaron los rumberos y los soneros que introdujeron décimas en estos géneros. El son vino de Oriente con décima y con copla. Son dos sustantivos que perfectamente se pueden utilizar en el rap porque en él se improvisa desde su nacimiento.
AF: Usted ha producido más de cincuenta discos. Una suma digna de admirar. ¿Le gustarías producir un disco de hip hopo cubano?
MTL: Sí, pero trataría con los puristas. Más bien les daría ideas y consejos. Por nada del mundo yo sería capaz de decirles hagan este texto o hagan esto otro. Le recomendaría que estudiaran más la lengua española, el uso que podemos darle, los grupos fónicos, los acentos, los léxicos, la línea melódica. Y que eviten la anécdota y que pongan fe en el lenguaje nuevo que intenten imponer. Que no le hagan más versión a la Guantanamera o al Chan Chan.
[1] Revista Dédalo, No. 1, enero-marzo de 2002, Asociación Hermanos Saíz.
[2] Revista Movimiento No. 1, Agencia Cubana de Rap.