Contar el rap en un aniversario de la Agencia Cubana de Rap.

               

Por Grizel Hernández Baguer. Musicóloga

Fotos: cortesía de la autora.

Versión del prólogo libro Contar el rap. Narraciones y testimonios, Vol I y II (2017), de la autoría de Grizel Hernández Baguer y Malcoms Junco Duffay.

Hace varios años llegué al rap de manera casual. Ocurría esto en los primeros meses de 1999. El interés del Instituto Cubano de la Música (ICM) por comprender qué pasaba en ese escenario musical me acercó como especialista del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (Cidmuc) a los principales creadores del entonces incipiente pero ya muy vital movimiento del hip-hop cubano.

Gracias a la musicóloga y colega Eurídice Losada conocí al DJ Adalberto quien, gentilmente, me explicó los principios de esta cultura, me mostró reconocidas revistas extranjeras en las que ya se hacía referencia al rap de Cuba y, paulatinamente, me puso en contacto con los miembros del GrupoUno, en particular con Rodolfo Rensoli, Balesy Rivero y Carlos Zulueta. Posteriormente conocí al periodista Arsenio Rodríguez, al promotor Ariel Fernández y al productor musical Pablo Herrera, así como a jóvenes directivos de la sección de música de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).

Como parte del proceso investigativo, el Cidmuc organizó un coloquio para estrechar los contactos con los principales actores del género. El evento se realizó durante tres días –del 16 al 18 de marzo de 2000– en la sala Villena de la UNEAC. La primera sesión se centró en la narración de las experiencias particulares de los raperos y productores musicales, sus necesidades materiales, así como en el intercambio de experiencias acerca de los beneficios que había tenido para su superación el recién concluido curso auspiciado por la AHS y el extinto Centro de Superación Félix Varela, donde reconocidos maestros e intelectuales abordaron contenidos culturales y musicales. Las sesiones restantes, dirigidas por Juan Ramos Juaniquiqui, (1957-2006), músico y colaborador del Cidmuc, se destinaron al intercambio de opiniones y críticas acerca de la labor artística, las temáticas tratadas en sus creaciones y la elaboración musical, entre otros tópicos. Las jornadas concluyeron con un concierto donde participaron todos los invitados. Ello me permitió comprender el universo de esta cultura y escribir el texto informativo solicitado por el ICM el cual, a iniciativa de Laura Vilar, directora de la revista Clave, Rapeando… ¿a lo cubano?, devendría un primer relato para visualizar el rap en esta publicación académica y mi primera experiencia investigativa en tal temática.

Tiempo después, Ariel Valdés (bajista del grupo de rock alternativo Ánima Mundi y coordinador de música de la AHS en aquel momento) me comentaría el propósito de abrir una institución dedicada al trabajo del género, proyecto con el cual pude colaborar por invitación de Abel Acosta, entonces presidente del ICM.

La apertura de la Agencia Cubana de Rap (ACR) y la aspiración de los raperos de contar con una institución que los representara se harían realidad. La Agencia se oficializa el 16 de septiembre de 2002 y tendría el privilegio de contar con una revista (Movimiento) y un sello discográfico (Asere Producciones), el cual dirigí desde su fundación hasta 2007, con el apoyo especializado en diversos momentos de Danarys Betancourt y Yuleisy Antúnez. Desafortunadamente, este logro institucional devino un complejo y discrepante escenario que ha merecido los más disímiles juicios de valor desde su propia fundación.

Formar parte de este entramado no solo como investigadora sino como partícipe del trabajo discográfico, permitió adentrarme en este ámbito y conocer académicos o estudiantes de otros países o cubanos interesados en el rap hecho en la Isla, pesquisas que han conducido a monografías diversas (tesis de maestría, doctorales y trabajos de curso) apenas difundidas en nuestro territorio. Es por ello que este texto no es más que la expresión de un sueño: un libro sobre el rap hecho en Cuba, portavoz de las historias, del imaginario de sus protagonistas y de la voluntad social que subyace como cualidad del hip-hop; de las interpretaciones de los estudiosos cubanos y, a la vez, ofrecer referencias a las nuevas generaciones de raperos o a aquellos neófitos interesados en la cultura hip-hop de nuestro entorno.

No es la intención de estas páginas construir una historiografía ni cartografiar la presencia del género en el país, sino entregar al lector múltiples narrativas (testimoniales y académicas) que revelan las heterogéneas vivencias de sus actores –raperos y promotores– junto con valoraciones de estudiosos de diversos campos de saberes que se han interesado por explicar sus particularidades como otra forma de hacer en el panorama de la música alternativa cubana. Contar el rap. Narraciones y testimonios propone un acercamiento a partir de variadas miradas como muestra de un fenómeno sociocultural, musical, global y glocal que encuentra su representación en el espacio geopolítico donde se relocaliza.

La pluralidad de escritos recibidos tras la convocatoria, junto a otros ya publicados cuyo valor ameritaba ser reproducidos en esta ocasión, justifica la estructura del texto en dos secciones, donde cada autor narra o problematiza el tema según su posicionamiento. En la primera, dedicada a los protagonistas del género, ya sea a través de entrevistas, testimonios o estudios de caso, toman valor especial las memorias aportadas por los fundadores del Festival de Rap, que evocan momentos decisivos de los orígenes, y las pasiones o tribulaciones que marcaron al mítico evento y que develan la filosofía y arquitectura de un movimiento que se enuncia durante el Período Especial y se cimenta como principio en una ética reflexiva, directa, crítica (o hipercrítica en ocasiones) pero constructiva hacia el proyecto social que edificamos como nación.

Los juicios de raperos y promotores resultan un instrumento testimonial para descubrir las diversas vivencias en este contexto, no obstante, somos conscientes de que pocas son las entrevistas expuestas en esta ocasión y muchas las historias de vida, empresa que, lógicamente, sería imposible aquí por su dimensión aunque, de alguna manera, estas son reflejo de los diversos estilos de creación y momentos del rap cubano.

La gestión enfocada a la acción educativa y sociocultural, misión esencial en el contexto del hip-hop se representa en la acción de un noble proyecto en la barriada de Casablanca, experiencia que intentara ampliarse hacia los medios audiovisuales como promoción del accionar del rap cubano, resultando, por el contrario un ejemplo de los prejuicios y controversias que aún marcan la representación social de este género poético-musical comenta Lourdes Suárez. En otro sentido se proyecta el programa integrador Alzar la Voz, como portavoz del discurso femenino que presenta loables resultados educativos en aras de la labor de género.

Vale recordar que varios proyectos populares han servido de herramienta socioeducativa para el trabajo de algunos miembros del movimiento de rap, ejemplo de ello en La Habana son La Barbacoa, dirigido por el MC Yimi Konclaze y La Fábri_k, organizado por Obsesión, Doble Filo, Hermanazos y Lourdes (la cimarrona), entre otros; el proyecto ecológico Cubanos en la Red, dirigido por Osmel Francis –que ya tiene carácter internacional–, Del Otro Lado, a cargo de Obsesión, en el municipio Regla y el proyecto de raperas Somos Mucho Más, impulsado por la MC Yamay. En Santiago de Cuba se encuentra el G1-2K, entre otros surgidos a lo largo de la Isla. También hay que reconocer el desarrollo más reciente de numerosas peñas en las casas de cultura municipales de varias provincias, en su mayoría a cargo de los jóvenes raperos reconocidos hoy como la Nueva Escuela. 

Desde su concepción inicial se tuvo la intención de exponer la mirada académica sobre la temática. Por ello se han agrupado en el segundo bloque resultados de tesis y trabajos investigativos que abordan itinerarios del rap en sus más disímiles expresiones y procesos con un enfoque más generalizador. De esta manera encontrará el lector estudios en una perspectiva sociológica cuando se aborda el concierto como espacio de intercambio sonoro. Y activista, el encuentro con el apenas conocido rap cristiano que ya se extiende en el territorio nacional o el arduo conflicto contemporáneo de la emigración, la diáspora y la representación rapera en contextos internacionales. No puede obviarse el tema de la racialidad, aspecto tan vinculado a la filosofía y génesis del mismo y que toma particular connotación en el escenario cubano actual, así como el abordaje desde la perspectiva de género con el acercamiento al flow femenino.

Especial es la presencia del pensamiento musicológico nacional en el estudio de las escenas más contemporáneas en la música cubana. A ello tributa un acápite de la primera investigación realizada en la Facultad de Música del Instituto Superior de Arte (ISA) en 2003, que constituye un valioso referente por su contenido analítico que contextualiza y explica aquellos elementos que marcaron el estilo en la fusión entre el beat del rap y los géneros de la música cubana, recursos que hoy distinguen las maneras de hacer de algunas agrupaciones y signan el espontáneo o consciente camino de un ineludible proceso ya demostrado por nuestra historia musical, pero que aún resulta controversial p ara algunos actores y de aquellos que abogan por una estética más ortodoxa.

Dicho texto sirve de hilo conductor para la lectura de un grupo de relatos que refieren el entramado del rap con otros géneros también relocalizados en el país. Son estos los escritos que comentan la raigal relación con el reggae o con el funk y los vínculos con el pop y el rock. No puede faltar el debate rap/ reguetón, que se inserta también como tópico en el pensamiento del Dr. Danilo Orozco, quien dedicara parte de sus últimos años al estudio de la cultura musical urbana contemporánea y cuyas ideas, emergidas del contacto con los raperos, en su casa de Alamar, casi convertida en laboratorio musicológico, ahora podemos conocer gracias a la musicóloga Yianela Pérez Cuza.

Danilo Orozco y Rodolfo Rensoli

Con la finalidad de completar esta ojeada, se adjunta una bibliografía básica, que aportará al interesado fuentes documentales sobre el rap/hip-hop nacional, entre las que resalta la desaparecida revista Movimiento de la ACR, libros, revistas y algunos de los sitios digitales que se han acercado a la temática. También se añade como referente, un registro mínimo de la discografía de los raperos cubanos y los audiovisuales que versan sobre el género, así como los principales festivales realizados en la Isla, incompletos aún debido a la abundante producción discográfica independiente y la poca difusión que caracteriza el universo del rap y otras músicas alternativas.

Como toda obra, este libro tiene imperfecciones y adelantamos al lector lo que puede ser una marcada limitación: la ausencia de trabajos que reflejen el quehacer rapero en las dife­rentes provincias del país, pues solo contamos con dos textos que muestran su acción en Santiago de Cuba. Sin embargo, esta carencia deberá incentivar a los estudiosos a adentrarse en esos otros contextos y espacios donde el género se ha desarrollado con sus particularidades.

Un original producto fonográfico aportado por el rapero y productor musical Malcoms Junco Duffay, es parte esencial de este proyecto. El Cd Contar el rap resulta una suerte de compilación de agrupaciones y temas cuya propuesta sonora organiza cronológicamente en varias etapas los temas cedidos por los artistas (grabaciones oficiales y demos personales), algunos de los cuales ya pueden ser reconocidos como “clásicos” del género.

La difusión del rap en Cuba ha sido promovida sobre la base de la producción fonográfica independiente, es por ello que este disco compilatorio visibiliza también un variado nivel de realización tecnológica. Sugerimos al oyente una escucha reflexiva de los temas como una pequeña muestra de lo creado en estos años, con los más diversos enfoques temáticos, estilos y estéticas que revelan disímiles poéticas, el tratamiento musical o el flow de sus protagonistas como formas de creación e interpretación.

Este primer recuento permitirá apreciar, evaluar o comparar la propuesta tomando en cuenta la época a que pertenecen. Su organización cronológica transita desde los momentos de inicio y esplendor del movimiento hasta fechas recientes, cuando se torna evidente la pérdida de ese concepto unificador y guía que sirvió de referente ético y creativo a las primeras generaciones. No obstante, la escucha consciente confirmará la legitimación de un rap cubano, que se fundamenta en el propósito de los raperos por contar sus historias como artistas o como productores musicales con recursos temáticos y lingüísticos propios donde se hace evidente la presencia de intertextualidades con nuestra herencia músico cultural. La audición analítica, a manera de observatorio musical, seguramente abrirá puertas y nuevas ideas, problemáticas y encrucijadas a los interesados en estudiar o disfrutar el género.

Es obligatorio finalmente agradecer, en primera instancia, a los raperos, constructores de este segmento de la música cubana, en especial a los que ofrecieron su aporte sonoro desinteresado para este proyecto; a cada autor de los relatos que aquí se articulan, por su compromiso con la palabra cierta, ya sea como protagonistas de los hechos, donde cuentan sus logros, insatisfacciones e incomprensiones o a aquellos que, desde la academia, asumieron el estudio de la Cuba más actual con los retos que valoraciones tan cercanas en el tiempo impone, enfrentándose en ocasiones a ideas caducas y prejuicios que aún marcan algunas instituciones docentes.

De manera especial destaco la generosa entrega de documentos de diverso tipo de Balesy Rivero, fiel historiador del movimiento así como el apoyo de Alejandro Zamora, diligente intermediario en la comunicación de esta red de autores.

Al sello Ediciones Cidmuc por aceptar este proyecto y de manera muy particular a la investigadora Liliana Casanella, por su imprescindible análisis editorial y cuidado en el justo decir de cada palabra, un reto, sin dudas, en un tema como el que acoge este libro. Solo queda entonces desear que esta obra, en su integralidad –libros y disco– cumpla su objetivo: ayudar a (re)construir las memorias de un género músico-poético, contemporáneo y transglobal que se ha hecho presente en la Isla como nuevo ejemplo de la apropiación sonora que caracteriza nuestro acervo musical y estimular a la escucha de un género del cual la Agencia Cubana de Rap ha sido garante durante sus años de existencia.


Índice

Volumen I

Contar el rap / Grizel Hernández Baguer

I. ¡No confundas saber rapear con ser rapero…! /

  • Visiones paridoras / Rodolfo A. Rensoli Medina
  • Crónica de una lengua raspada / Balesy Rivero
  • Retazos de memoria para componer una historia / Jorge Enrique 761 Rodríguez
  • Revista movimiento: notas al margen de ciertos momentos fundacionales / Ariel Fernández Díaz
  • Producir rap afrocubano: una historia a saltos/ Pablo D. Herrera Veitía
  • Esencia y presencia del rap cubano/ Malcoms Junco Duffay
  • El hip-hop desde y con los del barrio/ Lourdes A. Suárez de Armas la cimarrona
  • Los Rolling Stones del rap cubano / Eileen Sosin Martínez
  • Un termómetro para la esquina caliente… ¡y con Doble Filo! / Carmen Souto Anido y Ailer Pérez
  • Krudas Cubensi: rapear desde las Trompas de Falopio/ Sandra Abd’Allah-Álvarez Ramírez
  • Boxear fuera del ring. Hablando con Golpe Seko/ Sandra AbdÁllah-Álvarez Ramírez
  • El rap es muchas cosas. Entrevista con Papá Humbertico / Eileen Sosin Martínez
  • Individual. Entrevista con Danay Suárez / Eileen Sosin Martínez
  • X Alfonso. Romper las barreras de los públicos / Liliana González Moreno
  • Radiografía de un líder rapero. La cruzada musical de Gustavo (G-Rhymes) González / Neris González Bello
  • ¿Qué es el rap para Víctor Fowler? / Alejandro Zamora Montes
  • Santiago de Cuba: ¡Oye mijo! ¿Dónde está el rap? / Yorisel Andino
  • De rap y reguetón en Cerro cerrao ¿qué estás formando tú?/ Yurien Heredia Figueras
  • La aldea, Los Aldeanos, el aldeanismo / Jorge Enrique 761 Rodríguez
  • Maferefún, Orishas /María Claudia Figueroa
  • La construcción del ethos discursivo en El disco negro de Obsesión: en defensa de la identidad negra / Yanelys Abreu Babi

II. ¿Cómo es, dime cómo es... el rap cubano? /

  • Hora de abrir los ojos… ¡El rap cubano existe! / Grizel Hernández y Liliana Casanella
  • Notas entretejidas por Danilo Orozco sobre el rap cubano/ Yianela Pérez Cuza (selección y notas)
  • Movimiento hip-hop y afrodescendencia en Cuba / Tomás Fernández Robaina
  • La musicología rapatmosfereando por La Habana / Ailer Pérez Gómez y Carmen Souto Anido

Volumen II

  • Lo cubano del rap /Danarys Betancourt
  • Rap en fuga ¡a lo cubano! / Joaquín Borges-Triana
  • Usos sociales asociados a los conciertos de hip-hop / Adianet Aguilera Simón y Niurka González
  • Alzar la voz: quebrar el margen. Rap y discurso femenino / Carmen González
  • Femenino flow. Aproximación al discurso sobre la mujer en el rap cubano / Anette Jiménez Marata y Yanelys Abreu Babi
  • Algunas consideraciones sobre el rap cristiano en Cuba / Johan Moya Ramis y Alejandro Zamora
  • “¡Mami, no quiero más reguetón¡” o el nuevo perre(te)o intelectual / Roberto Zurbano
  • Confluencias del funk y rap en Cuba / Juanito Camacho Moreira
  • Vo’echando que esto de rapear no es lo mío… El rap como recurso para la música pop cubana / Carmen Souto Anido
  • Conexiones sociomusicales del rap y el reggae en Cuba / José Luis Fanjul

Anexo I. Bibliografía sobre rap cubano

Anexo II. Discografía de rap cubano (hasta 2012) / Tamara Sevila/Malcolms Junco

Anexo III. Cronología mínima de los festivales de rap cubano y sus acciones

Anexo IV. Algunos documentales sobre el rap cubano

De los autores

CD Contar el rap

Contar el rap. Antología de rap y hip-hop cubanos / Malcoms Junco Duffay

Índice del CD

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