Por Msc. Joanne de la Torre y Msc. María del Rosario Hernández
Recordamos a Lucy como la profesora gentil, dulce y sonriente, muy querida por sus estudiantes y colegas. De manera muy especial supo vincular su quehacer artístico con la docencia.
Se licenció en Canto en el ISA y recibió un curso de perfeccionamiento en la Scala De Milán Giulieta Simionato. Dominó el idioma francés, al graduarse de la Alianza Francesa de La Habana. Se destacó en Cuba como cantante lírica con un desempeño relevante y el dominio de un vasto repertorio que le permitió destacarse como profesora de nivel superior con la máxima Categoría Docente.
Durante su vida en Cuba fue solista del Centro Nacional Música de Concierto y de la Ópera Nacional e interpretó personajes protagónicos en El barbero de Sevilla de Rossini, el Rigoletto de Verdi, Patria de la autoria de Hubert de Blanck y Soyán de Jorge Berroa. También se destacó en las óperas Amahl y Los visitantes nocturnos de Menotti, así como Llanto por el cachorro de Francisco Zumaque.
Con la Orquesta Sinfónica Nacional interpretó, en primeras audiciones, Carmina Burana de Carl Orff, Pierrot Lunaire de Arnold Schöenberg, Salmo Giocoso de Agustin Bloch, Es el amor quien ve, de Leo Brower y Vocalizo de Félix Guerrero. En su amplio repertorio no faltaron obras de de Harold Gramatges, Leo Brouwer, Héctor Angulo, Roberto Valera y Magaly Ruiz. Del mismo modo como recitalista, Provedo ha demostrado un extenso repertorio de lieder, zarzuela y piezas de los cancioneros latinoamericanos, español y cubano. Obsérvese cuánto conocimiento y diversidad cultural pudo transmitir a sus educandos.
Fue intérprete y anfitriona del programa de la televisión cubana Nuestra Canción (2005-2006). Ha grabado los discos: Villancicos de Esteban Salas con la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, Canciones de Ernesto Lecuona y Habanera viajera, los últimos con los pianistas Nelson Camacho y Juan Espinosa, respectivamente; así como La perla, junto al pianista José Ruiz Elcoro.
Lucy Provedo ha actuado en Hungría, China, Alemania, Checoslovaquia, Nicaragua, Polonia, Antigua URSS, Corea, España e Italia. Entre sus premios y reconocimientos destacan: Primer Premio de Canto (concurso UNEAC de La Habana, 1973), Gran Premio y Medalla de Oro (Festival de Primavera, Pyongyang, 1990), Distinción por la Cultura Nacional, Diploma al Mérito Pedagógico, Orden Raúl Gómez García y la Medalla Alejo Carpentier.
En su último año de la licenciatura en el ISA, y siendo solista de la Ópera Nacional de Cuba, es propuesta por el Maestro Ramón Calzadilla para formar parte del claustro del perfil Canto junto a Ninón Lima, Jorge Luis Pacheco, Romano Splinter entre otros, labor que desempeñó desde 1979 hasta el 2010. Esto la condujo a formar a un número importante de intérpretes que, a lo largo de los años, han sostenido un valioso desempeño profesional dentro y fuera del país.
Hoy Lucy recuerda entre sus alumnos más destacados a Joanne de la Torre, solista de la agrupación Coralina, profesora de la Escuela Nacional de Música y la Universidad de las Artes; Teresa Guerra, que radica en España; Maité Milián Guerra, solista de la Ópera de Cuba (se graduaron con Lucy madre e hija); Marta Santibáñez, radica en México; Yanella Duarte, vive en Ecuador; Conchita Franqui, solista de la Ópera Nacional, profesora del ISA e imparte cursos y talleres de Canto popular; la fallecida Alba Cruz, radicaba en Brasil; Gardi, popular cantante y director de agrupaciones de música popular bailable, perteneció a la Compañía de Teatro Lírico de Holguín; Joaquín Moré, quien integra y dirige agrupaciones líricas en Matanzas; Ivette Betancourt, cantante lírica, solista del Centro Nacional de Música de Concierto, profesora y Jefa del departamento de Canto de la Universidad de las Artes de Cuba; José Concepción, tenor español, que luce una importante carrera operática en Europa; Rosita Pina, integrante del Teatro Lírico Gonzalo Roig; Eva Novotna, soprano checa; Pilar Moraguez, cantante lírica, que radica en España.
Importante destacar, tal cual se observa en la anterior relación que Lucy Provedo perteneció a esa excelente generación de profesores de Canto que prestigió al ISA, encargada, por demás, de formar artistas para la interpretación de todos los géneros posibles, sin fronteras entre lo cuto y lo popular.
En su desempeño como maestra también integró el claustro de la escuela de Superación Profesional, aproximadamente 5 años durante la década del 80. En esta tuvo a su cargo la enseñanza de muchos cantantes que ya estaban haciendo carrera, es el caso, por ejemplo de Martha Valdés. También trabajó la misma cantidad de tiempo, en la escuela vocacional Fernando Carnicer, durante los años 90.
Una vez que asume el reto del magisterio en su carrera se unen desde el primer momento, la intérprete y la maestra, y logró una formidable retroalimentación, al entregarse a esta noble y difícil. Siente con total respeto, sensibilidad y seriedad lo que implica la enseñanza del canto. Comprende la complejidad que significa el estudio de la voz humana, y a cada persona el profesor tiene que ir conociéndola para poder solucionar las diferentes dificultades que van apareciendo en el acto de aprendizaje, momento perfecto para entregar a los alumnos las herramientas útiles para llegar a feliz término este acto. Ello, sin lugar a dudas, constituye un total enriquecimiento tanto para el alumno como para el profesor.
Provedo enfatiza en el proceso educativo, en cuanto a la cultura general que debe adquirir el alumno, pues no se trata, solamente, atender el desarrollo vocal, sino incentivar el interés por conocer la historia, estilo, género, compositores e idioma de cada una de las obras. De esta manera, se obtiene una mejor y más completa interpretación y un pleno acercamiento con el público.
Es por esto que unido a sus tantos reconocimientos como intérprete, es loable su labor como maestra. Su impronta ha dejado huellas en cada uno de sus alumnos, siendo siempre luz que, aun con el paso de los años, sigue iluminándonos, y día a día sus enseñanzas van marcando nuestras vidas. Es hoy y siempre un ejemplo a seguir como ser humano y profesional.

Lucy Provedo en el estudio de su casa, donde impartía clases. Cortesía de Lucy Provedo.