Por Nisleidys Flores Carmona. Musicóloga
El pasado domingo 27 de noviembre pudo disfrutarse en La Habana por vez primera de un evento trascendental dedicado al bajo eléctrico en Cuba.
El encuentro fue auspiciado por el Centro Nacional de Música Popular, el Instituto Cubano de la Música y el Ministerio de Cultura. En las naves de la Fábrica de Arte que, amablemente, cedió la institución de manera gratuita para el desarrollo de la jornada teórica y las clases magistrales, se dio rienda suelta al caudal de conocimiento y talento de prestigiosos intérpretes de este instrumento en nuestro país. Fue así como Pedro Pablo Gutiérrez, ex bajista de la Charanga Habanera, habló del contrabajo en la música popular cubana e hizo un excelente recorrido por la presencia del instrumento en numerosos géneros de la música popular cubana, enfatizando en las especificidades de sus funciones y características técnico-musicales en cada uno de ellos.
Por su parte, Giselda Fuentes, instrumentista de la agrupación femenina Canela, versó sobre el papel de la mujer en la interpretación del bajo en las orquestas de música popular bailable y también en el ámbito sinfónico. David Faya, quien actualmente ejerce como profesor principal de bajo eléctrico en la Cátedra Moisés de la Escuela Nacional de Música, habló de las características de la enseñanza de este instrumento en la actualidad y compartió sus experiencias sobre aspectos esenciales a tener en cuenta para la improvisación musical.
Otras aristas diferentes se abordaron por los destacados músicos Ignacio Rubio Cervantes, el Chispa y Roberto Vázquez Ley, el Chino. Ambos, avalados por su larga trayectoria en sus campos de acción, entre otros aspectos, argumentaron sobre el papel del bajo a la hora de concebir una producción musical, así como los diversos aspectos a tener en cuenta en el momento grabar este instrumento en los diferentes tipos de agrupaciones.
Igualmente destacable, fue el panel en el que participaron, entre otros, Rafael Paseiro –de quien procede la idea original del evento, así como su materialización–y Carlos Alfonso, quienes compartieron sus experiencias en las agrupaciones de las que han formado parte. En ese sentido, fue muy revelador el testimonio de Alfonso, recientemente ganador del Latin Grammy con su CD Ancestros sinfónico, cuya línea de análisis versó sobre la incorporación a la línea melódica de este instrumento en el grupo Síntesis, así como la inserción de frases y modos de hacer de los tambores batá de la cultura afrocubana, en el mismo. De igual manera, notables resultaron las intervenciones de Joaquín Borges Triana, como moderador del evento teórico y Juanito Camacho, por sus altos niveles de erudición sobre la presencia del bajo eléctrico en el jazz y el rock, tanto en Cuba como en el mundo.
En el evento teórico fue relevante el llamado a retomar en el sistema nacional de enseñanza artística la carrera de bajo eléctrico, que fue un perfil en la década de los noventa –de donde egresaron prestigiosos músicos que hoy exhiben una destacada trayectoria y presencia en la música cubana, entre ellos Alain Pérez y el propio Paseiro. Esta carrera desapareció de manera inexplicable para integrarse, como parte de la enseñanza, solo en la condición de asignatura, luego del esfuerzo, empeño y dedicación de los músicos Carlos del Puerto y Silvio Vergara en pos de conformar programas y métodos de estudios del instrumento. Su método, creado especialmente para dicha carrera, cuenta con reconocimiento internacional en diversas academias y universidades pero su adquisición en Cuba, por parte de los estudiantes y maestros, resulta muy difícil debido a la ausencia de reediciones y de editoriales musicales interesadas en publicar este tipo de material didáctico.
Asimismo, en este evento se patentizó la necesidad de un mayor reconocimiento –y conocimiento‒ tanto de las mujeres bajistas como de los intérpretes que se desempeñan en el ámbito del rock en Cuba, cuyos aportes, en particular de estos últimos, son ensombrecidos por el déficit de grabaciones de este tipo de música, lo cual impide que sea registrado el estilo interpretativo de estos exponentes.
El encuentro culminó con dos conciertos en la noche. El primero, protagonizado por David Faya y Camino Santiago con un repertorio variado, y el segundo con diversas agrupaciones invitadas por Paseiro, representantes de diferentes formatos y sui géneris propuestas, tanto en una como en la otra propuesta el bajo fue protagonista.
Un momento especial fue el estreno en Cuba de una obra compuesta, especialmente, por el creador del evento para la ocasión, titulada “Todo bajo control”, concebida para cuatro bajos e interpretada por su propio autor, acompañado por Julio César González, Roberto Álvarez y Roberto Vázquez. Por último, fue gratamente recibida la presencia del Trío Salvaje, que viene desarrollando un interesante trabajo con el bajo eléctrico en función de solista. El formato está integrado por Rafael Paseiro (bajo eléctrico), Roberto Carcassés (piano) y Oliver Valdés (batería).
“Todo bajo control”, aunque breve, dejó sentadas las pautas, de manera magistral, para que el bajo, tanto eléctrico como acústico, adquiera entre músicos y público en general la relevancia que merece. Sin dudas, se vio reflejado que lo mismo el contrabajo como el bajo eléctrico gozan, en nuestro país, de excelente salud y cuentan con magníficos intérpretes y compositores que solo necesitan una mayor visibilización en los diferentes espacios con una nueva perspectiva que asuma el bajo como protagonista. Deseamos larga vida y muchos éxitos a este proyecto, con la esperanza de que en próximas ediciones tenga un alcance mayor y presencia internacional.
Felicitaciones a Nisleydis y a Cuba por fortalecer a la elaboración de contenidos para la educación e interpretación de los instrumentos musicales.
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