El análisis musical en la crítica danzaria*

Por: Lalau Yllarramendiz Alfonso. Musicóloga

*Comentario derivado de la asistencia de la autora al primer Encuentro de la Crítica Danzaria, realizado en Camagüey, 2018.

Los procesos interpretativos de la música, en el más amplio sentido, no se circunscriben a la partitura. Algunos referentes teóricos del análisis musical suelen vincular únicamente su contenido con las estructuras formales y los medios expresivos no obstante esta disciplina trasciende esas temáticas para analizar los procesos de creación, interpretación y percepción de la obra musical.

No niego la existencia de análisis de este tipo en el campo de la musicología. Solo convoco a un enfoque transdisciplinar que permitirá el diálogo con los conceptos, técnicas y recursos de la danzología aplicable a la crítica e investigación musical.

Una perspectiva crítica ante el análisis devela ideologías, tradiciones e historias vinculadas al hombre-compositor-intérprete-consumidor. La identidad puede estar presente en una obra sin precisar de referencias textuales a los aspectos que nos identifican como nación. Es tan cubano un ballet, como una obra folklórica o contemporánea. No se trata de las técnicas composicionales, los formatos instrumentales o los períodos históricos. La música cubana es más que una clave. Es necesario deconstruir los canones y repensar la creación.

La presencia de la música en la danza es más que el acompañamiento al movimiento del cuerpo. La música tiene su propia gestualidad. Desde la micro hasta la macroestructura, el gesto construye la línea melódica y su significación dentro del discurso musical.

¿Dónde está la singularidad de cada propuesta creativa? Defender el concepto de lo local, resitúa el centro de atención hacia zonas apenas visibilizadas y legitimadas por los medios de comunicación. Las propuestas artísticas de otras provincias del país reflejan el esfuerzo por difundir su creación; incluso, cuando la capital impone una imagen de lo nacional que solo representa a los capitalinos.

Analizar la música no es sinónimo de crear un podio e ignorar interacciones entre las manifestaciones artísticas y la creación en cada zona del país. Una postura estructuralista negaría la posibilidad de un estudio transdisciplinar con el análisis musical de una obra danzaria. No es necesario negar la utilidad del conocimiento sobre estructuras formales y apreciación musical pero un acercamiento exclusivo desde esa arista niega la función de la música y su relación con otras artes. La crítica e investigación de la música y la danza precisa de conceptos semióticos, retóricos, de comunicación musical, de la gestualidad y la corporalidad.

¿Qué función cumple la música en una puesta en escena? ¿Música en vivo o grabada? No es necesario seleccionar. Todo parte del concepto de cada compañía, de las estéticas que se defiendan y criterios de los coreógrafos. Es indudable la importancia de la selección del repertorio y de una correcta interpretación para la dramaturgia de la obra. Es importante tener en cuenta que la agrupación en vivo aumenta la interacción con el público y con el trabajo de un ingeniero de sonido se garantiza, incluso, la calidad de audio. Aunque no es necesario negar la tecnología. La música grabada es un avance tecnológico y a la vez, el inicio de la negación comunicativa intérprete-público.

Otro ámbito en el que la música y la danza se entrecruzan es en los espacios participativos. Influye, notablemente, en el resultado musical y la interacción con el público las características del espacio donde se produce la puesta. No es lo mismo espacios abiertos, salas de concierto que clubes nocturnos. La audiencia también se ve determinada por estas condicionantes logísticas, sociales y hasta económicas.

No debe prevalecer la visión ortodoxa del análisis musical apegado a las márgenes de una partitura, cada una, con complejidades innegables. La trascendencia de esta música (ya sea clásica o popular) con tradición letrada o no, depende de cuánto se evite la reproducción y la imitación durante el proceso creativo. Evitarlo, depende de replantearse la imagen de la música y el músico en otras manifestaciones artísticas, la calidad tanto estética como técnica que debe tener la propuesta musical para presentarse al público que no está ante un concierto en el sentido tradicional. Mientras en la danza sí se percibe la propuesta musical como parte de la puesta en escena, y por tanto, el análisis musical no debe limitarse a un juicio estético sin basamento teórico y con una perspectiva acrítica.

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