Espiral Dúo… dueños de la escena desde la afinidad del talento

Por: Guille Vilar. Periodista. Crítico cultural

“¿Cómo han de querer mis palabras decir lo que en la música se dice?, inspirada opinión del Apóstol José Martí acerca de un concierto ofrecido por el notable violinista cubano José White en la Ciudad de México en 1875. Justamente el rango poético de semejante valoración, nos ha provocado el empeño de tratar de escribir en torno a la presentación de Espiral Dúo en el Teatro Martí del pasado sábado.

Espiral Duo. Foto tomada de Cubadebate.

Se afirma, según los estudiosos de la obra martiana, que el Maestro no consideraba el arte musical como algo frívolo, de puro entretenimiento sino una fuente de enorme placer y descanso espiritual. Para Martí, la música puede conducirnos a los más elevados planos del pensamiento, conceptualización materializada, en esta oportunidad por el pianista Rodrigo García y la violinista Tania Haase durante todo el concierto.

Con cuanto gusto fue recibido por el público allí reunido, ese derroche de elegancia y virtuosismo a cargo de la interpretación de estos jóvenes músicos, capaces de invitarnos a explorar los matices de distintos estados de ánimo que reclaman de nuestra reflexión. Un detalle de particular regocijo en esta reciente actuación de Espiral Dúo es el aliento predominante de una cubanidad de raíz profunda que nos colma de orgullo, ya sea en la pieza Guajira de Ruy y Harold López-Nussa o Pan con timba de Aldo López Gavilán; mientras que en Abril ‒composición del propio Rodrigo‒ el violín dialoga con el piano desde las altas cumbres del lirismo.

Absolutamente capaces de adueñarse de la escena desde la afinidad del talento, Rodrigo y Tania como pareja, que también comparten la vida, nos sorprenden constantemente, bien sea por el seguro manejo de las dificultades técnicas de interpretar en los temas escogidos o hasta por la emotiva versión de Tania al cantar la pieza Mis impulsos sobre ti, del español Aleks Syntek.

Dentro de la búsqueda por consolidar la esencia de esta alabada propuesta de música contemporánea, Espiral Dúo se hace acompañar por la contrabajista Olivia Rodríguez y los percusionistas Jesús Estrada y Alejandro Aguiar para enriquecer tímbricamente, entre otros, al aplaudido tema En do pa´ ke no na´ de Ernesto Oliva.

Y como colofón, cuentan con la participación en directo del pintor Sándor González quien, mediante la proyección en una gran pantalla al fondo del escenario, configura paulatinamente la escenografía del concierto con singulares edificaciones, elementos pictóricos habituales en su personal código estilístico.

Por un evento como este, dedicado a la memoria del fraterno pintor Ernesto Rancaño, al abandonar el teatro, nos quedamos con la mayor satisfacción de haber sido espectadores de un sólido espectáculo artístico donde la juventud y el rango profesional de Espiral Dúo y sus invitados, nos confirman una vez más, lo que es cierto: la cultura está en buenas manos.

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