ISA 45 Aniversario… Argeliers León Pérez “Maestro de Luces”

Por Dr. Regla Diago Pinillos. Investigadora y profesora.

La libertad de la investigación científica no consiste en una ausencia de orientación o programa, sino en la libertad de elegir sistemas problemáticos, planteamientos, métodos y soluciones sin más objetivo que la consecución de la verdad.

Mario Bunge.  La Investigación Científica. Su estrategia y su filosofía. (Traducción de Manuel Sacristán) 2da edición corregida. (Tomado de Academia.edu. Cortesía del Dr. Ernst Westland) Editorial Ariel, S.A. Barcelona,1983.

Honor, gratitud infinita, satisfacción, orgullo; pero -sobre todo- un compromiso sin límites. Todo esto sentí al recibir la amable invitación de la Dra. Grizel Hernández Baguer para escribir unas cuartillas en las que comparta mis experiencias de trabajo junto al eminente pedagogo musical, etnólogo, musicólogo, etnomusicólogo, compositor: nuestro Maestro, el Dr. Argeliers León Pérez. De esta manera, me uno al homenaje del Centro de Investigaciones y Desarrollo de la Música Cubana (CIDMUC), celebrando el 45 Aniversario del Instituto Superior de Arte (ISA), Universidad de las Artes de Cuba, de la cual soy fundadora.

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Argeliers León y  su labor en la Biblioteca Nacional de Cuba. Con motivo del 102 aniversario de su nacimiento

Por Grizel Hernández Baguer, musicóloga

Hoy se conmemora el aniversario 102 del natalicio del musicólogo e investigador Argeliers León, figura indispensable del pensamiento cubano. Por ello, les proponemos este trabajo de la estudiosa de su obra Grizel Hernández con el objetivo de develar otra de las tantas facetas de este hombre de la cultura.

En el año 1959 se inauguraba la nueva estructura que organizaba María Teresa Freyre de Andrade quien ocupara la Dirección de la biblioteca en 1959 junto a Maruja Iglesias como Subdirectora. Argeliers León participó en el concurso de oposición que se convocaba siendo aprobado para ocupar la dirección del Departamento de Música. En este periodo también era Director del Departamento de Folklore del Teatro Nacional.

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Argeliers León, figura imprescindible de la cultura cubana (III)

Un acercamiento a sus múltiples facetas en el centenario de su nacimiento*( III)

Por Jesús Gómez Cairo, musicólogo

Autor y pedagogo

Foto tomada de laventana.casa.cult.cu

Como compositor, incursionó con éxi to en importantes certámenes, al punto de obtener disímiles premios. A pesar de ello su obra compositiva, como la de otros creadores musica les académicos de su tiempo, no ha tenido toda la divulgación ni la puesta en conciertos y grabaciones que amerita. Una espléndida excepción, entre otras, lo constituye el álbum Argeliers, editado por Producciones Colibrí en 2009, contentivo de varias obras suyas de música de cámara, partituras, entrevistas, un DVD con el documental homónimo el que antes mencioné, más la filmación de un concierto homenaje en vivo y una entrevista al pianista Ulises Hernández, quien ideó tal compendio, es su productor musical y uno de sus destacados intérpretes.

En la nota que escribió para este excelente producto audiovisual, la musicóloga Grizel Hernández Baguer precisa que en las obras musicales creadas por él, la riqueza de los sonidos descubre un compositor de elevada sensibilidad, en el que confluyen y se entrecruzan recursos estilísticos que van desde el neoclasicismo hasta las técnicas composicionales más avanzadas en su momento, sin eludir el compromiso con lo nacional y lo universal, con la tradición y la vanguardia .

Muchas de sus obras musicales quedan aún por plasmar y difundir, pero en los últimos años han pasado a interesar a las nuevas generaciones de músicos. La faceta creativa que ató en un lazo indisoluble a todas las demás es la de pedagogo. Fue un maestro por vocación y por profesión. Su profunda y vas- ta cultura, obtenida al costo de grandes empeños y hasta sacrificios en épocas cuando el dinero, que no tenía, fue para otros la clave del éxito , su entendimiento de la cultura y el saber, enlazados con su vida personal y social, fructificaron en la pasión por enseñar.

Para Argeliers León fue igualmente importante dictar una conferencia en un foro académico como en un encuentro con jóvenes, impartir una clase en un recinto universitario como en una escuela secundaria básica, ser tutor de una tesis de doctorado como repasar a un alumno desventajado, pero laborioso.

En el mismo año (1938) en que inició los estudios de Pedagogía, impartía clases en el Conservatorio Municipal de Música de La Habana (CMMH), e integraba el claustro del curso de perfeccionamiento e instrucción pedagógica del Ministerio de Educación. Posteriormente ofreció lecciones de otras disciplinas en el CMMH y en otros conservatorios de la capital. Desde 1946 y durante varios años asumió la asignatura de Música folklórica, en el Curso de Verano de la UH, en el que más adelante también ocupa el estrado para ofrecer Didáctica del folklore e Historia de la Música en Cuba. A la vez, enseñaba en el CMMH diversas asignaturas. En 1950 brindó el Curso de perfeccionamiento y orientación pedagógica del Conservatorio Provincial de Oriente, en Santiago de Cuba, Holguín, Guantánamo, Manzanillo, Bayamo y Palma Soriano.

Foto cortesía del Museo Nacional de la Música

Desde 1968, en la UH impartió Arte Africano y Culturas Negras, forjando a su alrededor un círculo de alumnos que después obtendrían lugares relevantes en los medios intelectuales del país. Asimismo ocurrió como resultado de sus acciones formativas en el Teatro Nacional de Cuba, en el Instituto de Etnología y Folklore, en la Universidad de las Artes (ISA). Al movimiento de aficionados al arte y la cultura siempre dedicó incontable apoyo.

Fue un conferencista que llevó sus conocimientos a instituciones y círculos de interesados prácticamente en todas las provincias y mu- chos municipios del país. Fuera de Cuba impartió cursos y conferencias que establecieron cátedra en muy reconocidas universidades e instituciones culturales de América Latina, Europa y África.

Sus escritos conforman numerosas monografías, ensayos y artículos, los cuales sientan bases esenciales a las varias disciplinas que sus temáticas alcanzaron. Con ellos, el sello Ediciones Museo de la Música prepara una compilación, en ocho voluminosos tomos, abundantemente comentada e ilustrada, bajo el título de Argeliers León: Pensamiento teórico, a cargo de Grizel Hernández Baguer.

A pesar de su aspecto aparentemente severo (salvo a sus amistades más allegadas trataba a todos de usted, hasta a los más jóvenes, incluidos sus alumnos), Argeliers tuvo muchos amigos y amigas que le admiraron en todo el país y entre todas las capas de la población, desde artistas e intelectuales de alto relieve hasta personas muy sencillas y humildes, con las cuales era especialmente respetuoso y amable. Una de sus cualidades fue la de poseer un especial sentido del humor que a todos gustaba, por lo que en él eran frecuentes las bromas, por cierto, muy originales.

Mientras estuvo en París cursando estudios al costo de sus escasos recursos financieros y de la poca ayuda que su hermana podía enviarle desde Cuba, varios de sus colegas, quienes supervivían con igual precariedad en esa ciudad, visitaban su habitación para conversar e intercambiar noticias llegadas de la Isla.

Junto al poeta Nicolas Guillén en el Paris de los años 50. Foto del Museo Nacional de la Música

El 7 de mayo de 1958, fecha en que cumplió 40 años, uno de los visitantes fue su amigo Nicolás  Guillén; entre todos improvisaron una comida que cocinó el propio Argeliers, célebre también por sus dotes culinarias. Ese mismo día Guillén le compuso el siguiente poema, cargado de buen humor y ritmo cubano:

A Argeliers LeónT (6)

¡Póngale música!/ Querido Argeliers León/ (pon, pon)/ te llegó el segundo ta / (ja, ja)

Todo París sabe ya/ Que eres un buen cuarentón,/ Querido Argeliers León Pon,/ Pon, pon, ¡ja, ja!

Por eso estamos aquí/ (ji, ji)/ bai- lando en un solo pie, /(je, je)/ para brindarte café/ y un trago de Bacardí;/ por eso estamos aquí/ (ji, ji, je, je)

Que pases la fiesta tú,/ (¡pu, pu!)/ con risas guitarra y ron,/ (¡pon, pon!)/ querido Argeliers León/ comiendo ajiaco y fufú,/ que pases la fiesta tú,/ pon, pon, pu, pu.

Galardones

En 1959 obtuvo el Premio María Teresa García Montes de Giberga, por el revelador ensayo La influencia africana en la música cubana, que llamó la atención de la intelectualidad de su tiempo.
Por sus composiciones recibió: Premio Nacional de Música en la categoría de música de cámara (1950), por el Concertino para flauta, piano y orquesta de cuerdas.

Primer premio en igual categoría, pero en el Concurso Nacional de Música de 1962, por el Quinteto para instrumentos de viento y guitarra, y Mención en música sinfónica, por Cantata a Jesús Menéndez.

Primer premio en música de cámara del Concurso 26 de Julio (1969), por la cantata Creador del hombre nuevo.

Premio de composición, del XII Concurso Nacional de Música de la Uneac (1985), por Llanto por el Grito en la Plaza de Mayo, para violín, violonchelo y piano.

Entre sus múltiples reconocimientos se encuentran la Orden Félix Varela de Primer Grado y la Orden Frank País, que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba, así como las medallas Fernando Ortiz, Raúl Gómez García y Rafael María de Mendive.

Nota: (6) Nicolas Guillén. Obra poética (1958-1985). La Habana, Letras Cubanas, 2002, pp. 452-453.

*Cortesía de la revista Bohemia. Año 110 No. 22 del 26 de octubre de 2018. pp 11 -14

Argeliers León, figura imprescindible de la cultura cubana (II)

Un acercamiento a sus múltiples facetas en el centenario de su nacimiento*( II)

Por Jesús Gómez Cairo, musicólogo

Impulsor de la institucionalidad

En muchos aspectos la obra teórica y práctica de este incansable trabajador puede calificarse de fundacional, sobre todo en el ámbito de la creación y el desarrollo de instituciones culturales a partir del triunfo de la Revolución en 1959, que desató sus enormes potencialidades creativas.

Así, en ese mismo año organizó y dirigió el Departamento de Folklore del recién creado Teatro Nacional de Cuba, a la vez que obtuvo por concurso de oposición la jefatura del Departamento de Música de la Biblioteca Nacional José Martí; en ambas entidades impulsó la labor de investigación cultural, la promoción artística de valores autóctonos de nuestra cultura y un notable trabajo editorial. También en 1959 organizó en La Habana el Primer Festival de Arte Nacional de la Libertad, auspiciado por la Dirección Provincial del Movimiento 26 de Julio, y en años sucesivos muchos otros de carácter más especializado. Todo ello sin relegar sus labores como profesor y conferencista.

En 1961 participó activamente en el I Congreso (constitutivo) de la Uneac y fue elegido para integrar su directiva. Aquí propuso, con sus funciones y estructura, la creación del Instituto de Etnología y Folklore, que bajo su dirección obtuvo gran presti- gio internacional.

Foto cortesía del Museo Nacional de la Música

En 1973 asumió la dirección del Departamento de Música de la Casa de las Américas y convirtió su boletín Música en una prestigiosa publicación periódica de alcance continental. Allí creó el Premio Internacional de Musicología, certamen de ostensible relieve, incluso más allá de las fronteras de América, que ha reconocido y divulgado significativas obras científicas y relevan- tes autores latinoamericanos, entre ellos cubanos. Fueron varios y notorios los eventos continentales de tipo artístico y científico que Argeliers organizó desde Casa de las Américas, con distinguida presencia de artistas e intelectuales.

Sin abandonar estas tareas, al crearse en 1976 el Instituto Superior de Arte, primera universidad de las artes en nuestro país, en su Facultad de Música formuló, organizó y dirigió por varios años su Departamento de Musicología, convirtiendo a esta, por primera vez en la historia de Cuba y de muchos países de América Latina, en especialidad universitaria.

Sentado al fondo, tomando notas, Argeliers León durante una grabación de big drum en Carriacou, Granada, 1982. Sentado delante, Rolando Perez, musicologo y grabando Raul Díaz, ambos del Cidmuc. Archivo Cidmuc

En 1978 propuso e inauguró el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (Cidmuc), aunque no asumió su dirección como se le proponía, sino que designó a uno de sus discípulos, el doctor Olavo Alen, para ese cargo. Mientras su estado de salud se lo permitió, Argeliers se mantuvo muy cerca del Cidmuc, colaborando en sus proyectos e incluso participando directamente en sus investigaciones de campo dentro y fuera del país

Generalmente su faceta creativa que más suele destacarse aunque sin restar valores a las otras es la de musicólogo, y en esto hay algo de razón, pero requiere de algunas explicaciones.

A mi juicio, entendió la musicología no como una disciplina de reducido espectro, propósitos específicos y alcances limitados. Para él, en su teoría y praxis, se trata de un conjunto de disciplinas musicales y no musicales que, en su aplicación concreta al estudio y percepción de la música, establece bases cognitivas y desarrolla en los individuos y la sociedad los instrumentos intelectivos y sensitivos para el mejor conocimiento, percepción, comprensión y disfrute de aquella, en su engarce con otras facetas de la cultura. Lo que imbrica la labor del musicólogo con las disciplinas de la historia, la antropología, la sociología, la geografía, la sicología y, dado el caso, con otras ciencias, incluidas las físico-matemáticas.

Ello explica por qué hay investigaciones y escritos suyos que se centran en el análisis de obras específicas de la llamada música culta o académica (Las obras para piano de Amadeo Roldán), el examen de una etapa o proceso creativo de mayor amplitud (Nacionalismo y vanguardia en la música cubana, o Notas para un panorama de la música popular), estudios sobre expresiones artísticas populares colectivas en toda su complejidad etnosocio-cultural (El carnaval en su proyección folklórica) y sobre la música en los cultos religiosos llamados afrocubanos; u otros temas de amplia y compleja magnitud, por ejemplo, La música como mercancía. Pero indudablemente fue la música popular, especialmente la folclórica, a la que dedicó sus mayores atenciones.

Le correspondió a Argeliers León, desarrollando las ideas de Fernando Ortiz y creando sus propios instrumentos de análisis y exégesis, dotar a la etnomusicología cubana de contenidos y enfoques artístico-musicales de profundos sentidos y más vastos alcances, a la vez que ampliar sus horizontes y conexiones a un mayor espectro antropológico: dentro de la nación, más allá de lo limitado a lo afrocubano , y fuera de ella, en los ámbitos caribeño y latinoamericano.

Si los estudios de Argeliers resultaron decisivos en el desarrollo de la etnomusicología cubana, no lo fueron menos en el campo de la etnología. Sus amplios conocimientos en esa materia estaban avalados no solo por la rica bibliografía que los sustentaba y por sus acuciosas investigaciones de campo en Cuba.

Investigación realizadas en Africa, 1962. Foto tomada del Blog Félix de la Nuez

En 1964 emprendió investigaciones in situ en países africanos como Mali, Nigeria y Ghana, las que fueron reanudadas en 1965. Además, participó como experto y ponente en importantes foros académicos internacionales, acaecidos en el extranjero (URSS, Benín, Perú, Venezuela, España, Jamaica ) y dentro de Cuba, algunos de los cuales presidió.

Sus investigaciones desde la perspectiva etnológica-antropológica podemos observarlas en artículos y ensayos como: Al alcance del perfil cultural latinoamericano, Continui- dad cultural africana en América; Elebwa, una divinidad de la santería cubana; El íreme en la sociedad secreta abakuá; Las conmemoraciones mortuorias; Paños y vestimentas de África, entre otros; así como en su trascendental libro Tras las huellas de las civilizaciones negras en Américas (5), dedicado A Fernando Ortiz, en homenaje a la perpetua memoria del Maestro.

Nota:

(5) Publicado en La Habana por la Fundación Fernando Ortiz, en 2001

*Cortesía de la revista Bohemia. Año 110 No. 22 del 26 de octubre de 2018. pp 11 -14