Por Gaspar Marrero. Investigador musical
Cuando Pacho Alonso se encaramó en los sitiales de popularidad, desde los años 1960, sus partidarios se dividieron en dos bandos: quienes adoraban sus boleros, como Imágenes (“Como en un sueño… sin yo esperarlo… te me acercaste…”) o Tú no sospechas, y aquellos que preferían sus éxitos bailables. En esta última faceta, Pacho incorporó al habla popular de la época frases como Dale carácter, Sin miseria, Persona atenta, y muchas otras. Y convirtió en éxitos las semblanzas musicales de filosofía popular compuestas por el querido Enrique Bonne: A cualquiera se le muere un tío, El que haya pecado que tenga cuidado (“si encuentro la llave… no doy con la casa”), aquello de Que me digan feo y Se tambalea, creado a raíz de uno de tantísimos temblores de tierra en Santiago de Cuba, ¡tierra caliente!
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