Taller: «El negocio digital más allá de las tiendas digitales»/ William Patiño (Líder de Ditto Music para Latinoamérica y el Caribe)

Durante la primera jornada del taller realizado durante el Simposio Internacional Cubadisco 2024, William Patiño explicó a los presentes cómo se ha creado una percepción generalizada de que la industria de la música ha cambiado en las últimas décadas; aunque en realidad, el mayor cambio —a su parecer—se ha dado solo en los medios de difusión de la música y sus formas de consumo.

Patiño consideró que los actores que conforman el mercado y los mecanismos de obtención de ganancias se han mantenido a través del tiempo, pero los formatos en los que se comercializa la música se han diversificado. Explicó a los presentes que las tres fuentes que permiten generar ingresos se derivan de los diferentes tipos de derechos relacionados a una obra: derecho de autor, intérprete y fonomecánico, este último es el que se confiere al productor que invierte en el fonograma por el producto resultante.

Uno de los aspectos que fueron tratados en el taller fue la saturación del mercado musical debido a los lanzamientos constantes y la necesidad de realizar una planificación estratégica antes de lanzar un tema. También se refirió a la importancia y vigencia que tienen las presentaciones en vivo aún en el panorama actual, ya que es la única forma de consumo de la música sostenida con el paso del tiempo, independientemente del surgimiento de nuevos formatos.

Patiño llamó la atenció respecto al peligro que constituye para los artistas centrar toda su atención en conseguir un único producto viral, en lugar de proyectar y desarrollar un catálogo identitario y de calidad a mediano y largo plazos que le permita construir una base de seguidores sólida.

En ese sentido, Gustavo González, director de La Cruzada cuestionó cómo estos factores y estrategias que forman parte de la industria se podrían entender y aplicar desde Cuba, teniendo en cuenta todas las restricciones a las que se ven sometidos los artistas de la isla. El representante de Ditto Music explicó que lo importante en este caso es comprender en qué plataformas o formatos aplica este modelo de obtención de ganancias en Cuba, dado su carácter universal, así como analizar los hábitos de consumo del público al que se dirige el artista.

William Patiño también se refirió a que cada día se vuelve más común que los artistas independientes financien y produzcan todos los aspectos de su obra, y procedió a explicar las funciones que cumple cada uno de los actores tradicionales de la industria. Entre estos se encuentran, los autores que crean las obras, las editoras que captan a estos músicos y buscan un intérprete para la música, las discográficas (que suelen ser empresas relacionadas a la editora) que producen la música y tienen bajo su sello a los intérpretes, de modo que son estos, el último eslabón de la cadena.

Otro aspecto abordado fue la sincronización o comunicación pública de la música, las regalías que se generan de la misma, el funcionamiento de la recaudación de las ganancias, a cargo de las sociedades de derecho de autor, y la distribución de las mismas, que se define por tarifas predeterminadas por la directiva de las asociaciones. Estas se conforman por representantes de diferentes editoras, discográficas, autores e intérpretes. Se señaló que la licencia más importante a conseguir cuando se desea sincronizar una obra es la del autor, ya que permite regrabar la pieza en lugar de hacer una segunda negociación para licenciar también el fonograma. Uno de los principales problemas derivados de la sincronización que se debatió durante el taller fue la división de las ganancias cuando una obra tiene múltiples autores, ya que conlleva a múltiples negociaciones, por tanto resulta más beneficioso llegar a un acuerdo entre los mismos para definir un único titular o administrador de la pieza que actué bajo un poder conferido por el resto de participantes, y en el cual queda predeterminado el porciento de ganancias que recibe cada persona involucrada.

El último tema del día fue la importancia de no solo inscribirse en las asociaciones de derecho de autor, sino también registrar las obras con regularidad para obtener las ganancias que se derivan de las mismas.
Al comienzo de la segunda jornada, Patiño explicó a los presentes la importancia que tienen los catálogos de las grandes discográficas para las plataformas digitales, ya que sin ellos no podrían alcanzar un público masivo, y cómo ambas entidades están relacionadas económicamente.

El siguiente aspecto abordado fue la democratización de los procesos de producción gracias a las nuevas tecnologías, las cuales han permitido que músicos independientes puedan generar materiales discográficos con niveles de calidad que no se alejen de los que lanzan las grandes disqueras. La mayor dificultad para los artistas emergentes radica hoy en la visibilidad y alcance de su obra.

William Patiño aclaró que en la actualidad no es expresamente necesario para los artistas contar con una editora que los respalde. También esclareció que los ingenieros de sonido no están incluidos en la mayoría de los casos en el cobro de regalías. La MSc. Liettis Ramos cuestionó este último punto, preguntando el porqué, si la ingeniería y el diseño de sonido son campos reconocidos por la crítica y los certámenes de premiación. A propósito del tema, Patiño señaló que los ingenieros y productores musicales, por lo general, reciben un pago por realizar el proceso de grabación y producción del fonograma, pero no obtienen otros beneficios económicos a menos que haya un contrato privado previo.

Otro aspecto explicado durante el taller fue la distribución de porcientos de las regalías, ya sea por la reproducción de la música en plataformas de streaming o la sincronización en medios de difusión. Comentó que los distribuidores, mayormente, se encargan de posicionar la música en plataformas de streaming por audio como Spotify y Apple Music, pero en el caso de las plataformas de video como Youtube, el artista tiene mayor libertad para negociar personalmente y no pasar por intermediarios.

Patiño concluyó el taller reiterando la importancia de posicionar catálogos en las plataformas en lugar de enfocarse solamente en singles, ya que los propios servicios de streaming confieren mayor importancia a dichos catálogos. A esta afirmación, Gustavo González rebatió que a pesar de que sería más beneficioso para los artistas centrarse únicamente en conformar una discografía de calidad, en lugar de enfocarse en la cantidad de reproducciones, esto no siempre resulta posible porque muchos espacios de difusión y festivales no valoran la calidad de la obra; sino su popularidad en plataformas. Como recomendación, el conferencista explicó a los presentes la importancia de analizar el mercado y el público al que se dirigirá la obra, así como crear estrategias para los lanzamientos de nuevos productos discográficos.

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